Todas las personas tenemos un factor de los cuatro (D,I,S o C) que domina más en nuestro comportamiento. Dependiendo cuál sea ese factor, tenderemos a mostrar unas u otras conductas a la hora de comunicarnos. Si somos capaces de determinar qué factor predomina en el estilo del otro, podremos ser más efectivos a la hora de comunicarnos con esa persona.

Si podemos determinar ese factor, tendremos información sobre…

– Qué es preciso fomentar cuando nos comunicamos con la otra persona.

– Qué lenguaje corporal adoptar y que posición es la idónea para comunicarse más efectivamente con él o ella.

– Con qué tono de voz se siente más cómodo y más abierto a escuchar.

En definitiva, si somos personas observadoras, podemos fijarnos primero en cómo se presenta y se comporta el otro porque eso nos dará pistas sobre qué factor D,I,S,C tiene más dominante y así ajustarnos a su estilo de comportamiento para conseguir una comunicación más eficaz.

7. Requisitos para mantener la motivación.                                                              

Aquí podremos encontrar información sobre:

-Qué tipo de situaciones o entornos propician que trabajemos a gusto y demos lo mejor de nosotr@s mism@s.

-Cuándo nos sentimos más estimulad@s para aportar nuestras fortalezas.

– En qué situaciones o con qué tipo de personas nos sentimos más cómod@s.

-Qué tipo de estímulos nos hacen reaccionar de una forma positiva.

-Qué condiciones favorecen que nos sintamos satisfech@s con nuestro trabajo.

8. Fortalezas que podemos aportar a nuestro entorno    

Estás son las cuestiones que debemos plantearnos:

•   ¿Qué podemos aportar al entorno?
•   ¿Qué es aquello propio de nosotros que tenemos naturalmente y que aporta valor a lo que hacemos?
•   ¿Cuáles de nuestros rasgos nos diferencian de otras personas y nos permiten aportar  calidad al equipo?
•   ¿Con que herramientas contamos ya para realizar nuestro trabajo?

9.¿En qué ambiente de trabajo te encuentras más a gusto? 

Los ambientes en los que nos encontramos propician o dificultan que desempeñemos nuestras funciones con mayor o menor fluidez y eficacia.

Sentirnos en armonía con el lugar físico y con las personas con las que trabajamos, hace que nos sintamos más cómodos y relajados para desarrollar nuestras potencialidades. Además, disminuye nuestro nivel de estrés y aumenta nuestro nivel de motivación.

Por lo tanto, conociendo los ambientes y condiciones que nos resultan más favorables podremos mejorar la situación o mantenerla según resulte más beneficioso para nuestro desempeño profesional.