Este mes entrevistamos en nuestro Test FEDEPE a Carmen Lence, CEO del Grupo Leche Río , sexta empresa española en comercialización de leche UHT.
FEDEPE.- ¿Qué piensa del movimiento asociativo de la mujer en defensa de la igualdad? ¿Sigue siendo necesario que la mujer se una y cree espacios comunes para tener más fuerza?
Carmen Lence.- Me gustaría poder contestar que no a la última pregunta, pero aunque hemos avanzado, aun queda camino por recorrer. Yo soy una persona comprometida con la igualdad y el liderazgo femenino tanto en el mundo de la empresa como al frente de las ganaderías, que me toca más de cerca. En este sentido, me satisface ver que puedo servir de referente para todas aquellas mujeres que necesitan ganar confianza y poder de decisión, en definitiva, que tienen que empoderarse.
Así que mi opinión sobre el movimiento asociativo, es que es imprescindible. Yo misma formo parte de diferentes asociaciones e, incluso, impulso proyectos de networking para mujeres, porque de mi experiencia personal surge mi ambición de potenciar entornos donde la mujer pueda sentirse apoyada y que dejemos de pensar que nos tenemos que conformar y adaptarnos.
Creo que el primer objetivo de sumarnos a este tipo de asociaciones es sacar tiempo para nosotras mismas. Una vez estamos dentro logramos trabajar en nuestra autoestima y creernos que podemos hacerlo. Conocer otras experiencias siempre suma, así que, por supuesto, también se necesitan personas que estén dispuestas a reconocer y contar cómo es su día a día. Yo estoy comprometida con dar visibilidad a la mujer porque creo que, generando red y referentes, generamos confianza en nosotras mismas.
F-¿Se ha encontrado con algunas barreras por el hecho de ser mujer a lo largo de su carrera profesional? ¿Qué estrategias cree que deben seguir otras mujeres para llegar a las metas más altas?
C.L.- Por supuesto, y he sufrido lo que muchas: “sentirme sola”, y creer que no tengo razón. Hay muchas personas que les parece que la mujer tiene que ponerse al servicio de los demás, que es muy loable y está muy bien, pero hay que tener en cuenta que las mujeres también tienen derecho a tener ambiciones y a hacer sus sueños realidad.
Para mí la estrategia está clara: creer en nosotras mismas, y rodearnos de quien nos acompaña en ese camino de la ambición, de querer ser buenas profesionales. Con mucho cariño he impulsado el proyecto ‘Ganaderas con Actitud Río’ que no es más que un reflejo de mi propia realidad como mujer. Yo tenía mis propios sueños, pero se esperaba que los pusiera en segundo lugar para apoyar a mi familia. Y la realidad es que uno puede ir a por sus sueños y seguir siento una parte fundamental en su familia.
De mi propia experiencia surge mi implicación con las mujeres y, en concreto, las mujeres del rural. A través de esta iniciativa quiero ofrecer un espacio de intercambio donde encontrar a personas con nuestras mismas inquietudes, nuestros mismos miedos… para así juntas darnos el apoyo necesario para llegar a donde nos propongamos. Las mujeres muchas veces nos sentimos solas, y conectar con otra gente que tiene nuestras mismas dudas, y que han conseguido o están trabajando en hacer sus sueños una realidad, es la palanca para hacernos cambiar de mentalidad.
F.- ¿Cuáles han sido sus referentes en su vida profesional?
C.L.- Mi madre ha sido siempre una luchadora, dejó su carrera de maestra para trabajar en la empresa familiar. Desafortunadamente, cómo en el caso de mucha otras mujeres en negocios familiares, su trabajo no se reconocía cómo profesional sino simplemente una “ayuda”, pero la realidad era que llevaba la administración de alguna de las empresas además de cuidar y educar a sus hijos. La responsabilidad de la familia estaba al 100% en sobre sus hombros.
Otro referente para mí, fue la emprendedora Anita Roddick que, desde la cocina de su casa, criando sola a dos hijas lanzó la empresa “The Body Shop”. Anita probó que todos los estereotipos que intentan mantener a las madres dedicadas solo al cuidado de sus hijos son falsos. Las madres también pueden ser emprendedoras y tener éxito en el ámbito familiar y profesional. Un ejemplo de que no podemos dejar que los demás nos encasillen en sus definiciones de lo que podemos o no podemos hacer.
Nosotras decidimos quiénes queremos ser.
F.-¿Percibe retrocesos en materia de igualdad a consecuencia de la pandemia y la crisis energética, que según distintos organismos nacionales e internacionales, está agravando las brechas de género?
C.L.- Si en situaciones de estabilidad las mujeres tienen problemas para incorporarse al mercado laboral, crear su propio negocio, tener puestos de mayor responsabilidad…Las situaciones de crisis tienden a empeorar estos problemas.
Pero a mí me gusta pensar que algo estamos haciendo bien, y aunque en un primer momento los retrocesos afecten más al ámbito femenino, granito a granito con todo lo que nos estamos moviendo lograremos acabar con problemas como la precariedad laboral y la brecha salarial.
En el caso del rural, por ejemplo, la sostenibilidad del sector lácteo no la concibo sin talento femenino y actualmente dos de cada tres personas que abandonan el mundo rural son mujeres. Por eso quiero aprovechar esta entrevista para pedir responsabilidad también a la Administración, porque se necesitan medidas para frenar el éxodo rural que permitirá la reconversión del sector primario a través de la digitalización. Pero para eso necesitamos familias en el rural, necesitamos nuevas generaciones y necesitamos que no sorprenda que una mujer tenga una actitud de coraje y valentía, y que sea perseverante con sus sueños. Porque solo depende de nosotras mismas que las cosas pasen, y solo nos convertimos en personas extraordinarias a través de hechos.
F.- A su juicio, y teniendo en cuenta el impacto de la crisis, ¿ qué necesitamos en estos momentos para conseguir la igualdad de género real? ¿Qué cree que habría que reformar, cambiar o adaptar de manera urgente?
C.L.– Creo que es muy importante educar sobre el sesgo de género, que son aquellas creencias inconscientes que todos tenemos sobre hombres y mujeres, basadas en los estereotipos socioculturales con los que nos hemos educado e interiorizado. El no ser conscientes de estos estereotipos que afectan a nuestras decisiones, prolonga el ciclo negativo hacia las mujeres, ofreciéndoles menos oportunidades. Por ejemplo, el estereotipo sobre cuáles “deberían” de ser las prioridades de la mujer (la familia), que hace que se le ofrezcan menos oportunidades laborales y normalmente peor pagadas, es muy peligroso.
Según Naciones Unidas, las mujeres componen el 49,5% de la población mundial. Pero como indica la UNESCO, las mujeres superan a los varones en cantidad de estudiantes y titulados universitarios en todo el mundo, con la excepción de la región de África. Es decir, en grandes magnitudes, prescindir del talento femenino, es reducir el número de candidatos potenciales a la mitad de la población y, en teoría, a la menos preparada. Esto en medio de una crisis mundial por atraer y retener talento. Las estadísticas son claras, si el número de contratación de mujeres no aumenta, en Europa nos encontraremos con una falta de más de 24 millones de personas para cubrir la fuerza laboral en el año 2040.
Además, es una mala práctica para la rentabilidad de la empresa. Según el estudio realizado por la consultora Mckinsey & Company, “Women Matter«: “las empresas donde las mujeres adquieren un papel importante tanto en cargos directivos como en Consejos de Administración, resultan ser las compañías con mejores resultados
económicos.”
Las mujeres hemos recorrido un largo camino para llegar donde estamos hoy, pero, desafortunadamente aún nos queda un largo camino por recorrer. Por eso, es importante no bajar la guardia y seguir luchando por conseguir la igualdad de género. Esto es una responsabilidad de todos, no solo de las mujeres, porque los beneficios a largo plazo son para todos, no solo para las mujeres.
No podemos seguir dejando que la desigualdad de género ponga obstáculos a el progreso mundial. Cuando no dejamos que millones de mujeres en el mundo alcancen su potencial, estamos privando al mundo de ingenieras, inventoras, directoras generales, emprendedoras…Estamos privando al mundo de billones de euros que podrían ayudar a fortalecer la economía mundial, paliar la pobreza y crear un mundo mejor para todos.
Sobre FEDEPE
La Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) es una Federación de Asociaciones, sin ánimo de lucro, cuyos orígenes se remontan a 1987, que agrupa a cerca de 26.000 mujeres empresarias, directivas y profesionales de todos los sectores empresariales y de la Administración Pública, y tiene como finalidad ofrecer un espacio de estudio, reflexión, debate, formación y apoyo idóneos para estimular el desarrollo de las carreras profesionales de las mujeres, así como también su acceso a puestos de dirección y responsabilidad profesional en un plano de absoluta igualdad, potenciando de diferentes maneras su promoción y visibilidad tanto a nivel personal como colectivo. FEDEPE es Entidad de Utilidad Pública y órgano consultivo del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas.