Consejera independiente, periodista, escritora, empresaria. Es directora de Enclave ODS, portal de sostenibilidad en El Español y Consejera Editorial para su vertical de mujer (Magas), así como miembro de diversos consejos asesores (Abadía Retuerta, Puro Bienestar, MV Executive Search). Está especializada en moda, sostenibilidad, estilo de vida, cultura y temas de género. Ha sido directora general de revistas en Prensa Ibérica, directora de la pasarela Mercedes Benz Fashion Week Madrid y de las ferias de moda y estilo de vida en IFEMA, además de fundadora y directora de la revista Yo Dona.
Top 100 Honoraria, ha recibido varios premios, entre los que destaca el premio 8 de marzo de la Comunidad de Madrid, el premio Directiva del Año, otorgado por ASEME, un reconocimiento del Ministerio de Igualdad por su contribución a la eliminación de la violencia contra las mujeres y un galardón Women Together, en Naciones Unidas. Es vicepresidenta de la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights, miembro de la junta directiva de WAS (Women Action Sustainability), socia de International Women Forum España y de Womenalia. Es miembro de Mérito de la Academia del Perfume. Ha publicado los libros Puta no soy (Lid Editorial), Socorro, soy abuela (Plaza&Janés), Soy yo o es que aquí hace mucho calor (Planeta), coescrito con Laura Ruiz de Galarreta y Fashion (R)Evolution (Lid Editorial).
FEDEPE.- ¿Qué mujeres han marcado su vida personal y profesional? ¿Cuáles han sido sus referentes de liderazgo?
La mujer que más me ha marcado a nivel personal, sin duda, ha sido mi madre. Ella me enseñó la importancia de enfrentarme a los desafíos con responsabilidad, de no cejar nunca en el empeño de hacer las cosas con excelencia y de defender siempre mi posición con determinación y educación.
A nivel profesional, no podría hablar de una sola mujer porque ha habido y hay muchas de las que aprendo continuamente. Pero si hago un balance de mis comienzos a la actualidad, podría decir que la primera mujer que me impactó fue también mi primera directora importante, que fue María Eugenia Alberti, directora de la revista Dunia, con la que aprendí mucho sobre un nuevo liderazgo, que entonces era incipiente. Hoy, sin ninguna duda, Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta de El Español y una mujer muy comprometida con los derechos humanos y con las mujeres. Me enseña cada día la práctica del compromiso y de lo que hoy se denomina sororidad.
FEDEPE.- ¿Cómo valora la representación y rol de la mujer en su sector profesional y laboral?
En el periodismo hay muchísimas mujeres trabajando y pocas mandando. Pero como ocurre en cualquier sector profesional. Es cierto que la fuerza de los hechos se va a imponer porque hay un creciente mayor número de mujeres licenciadas en Comunicación. Y espero que muchas de ellas acaben teniendo posiciones de liderazgo.
Creo que el hecho de que todavía pocas mujeres sean directoras de medios generalistas influye mucho en el tipo de información que se ofrece.
FEDEPE.- ¿Cuál ha sido su experiencia y vivencia profesional como mujer en el entorno empresarial? ¿Ha detectado barreras y complicaciones para poder promocionar y/o conciliar con su vida personal?
La verdad es que yo ocupé posiciones de liderazgo desde muy joven. Eso no significa que todo haya sido fácil. De hecho, en muchos momentos he tenido que enfrentarme conmigo misma para elegir lugares complicados en lugar de seguir en otros que aparentemente me habrían facilitado la vida. Por ejemplo, mi primera dirección me la ofrecieron cuando acababa de ser madre por primera vez. Por supuesto, tomé aquella responsabilidad. En el terreno de la conciliación ni yo ni nadie que haya tenido puestos de responsabilidad lo ha tenido fácil.
FEDEPE.- ¿Cuáles siguen siendo los principales retos para consolidar una sociedad y un entorno empresarial donde las mujeres ocupen de forma proporcional posiciones de liderazgo y responsabilidad?
Justamente creo que el tema de la conciliación es uno de los que más complican esta nueva realidad de ejercicio equilibrado de liderazgo entre hombres y mujeres. Y estoy convencida de que las nuevas leyes que equiparan los permisos de paternidad y maternidad van a favorecer la corresponsabilidad, por un lado, y, por otro lado, que las empresas entiendan profundamente la importancia social de los progenitores y la importancia de su integración con normalidad en las empresas, sin distinción de género. Es un tema crucial.
FEDEPE.- ¿Por qué las mujeres no están más presentes en sectores punteros de la economía como el energético, las nuevas tecnologías o la inteligencia artificial?
Seguramente es una imprecisión hablar de que no están presentes. Hoy hay mujeres presentes en todos los sectores, incluso en aquellos en los que están menos representadas. Hay mujeres. Hay que buscarlas. Hay, sobre todo, que visibilizarlas, porque ese es uno de los grandes problemas, que no se visibilizan. Al hacerlo, estamos mostrando referentes, que sobre todo en el caso de las llamadas carreras STEM son necesarios para que las jóvenes también se animen a acceder a ellas. Es un círculo vicioso que entre todos podemos convertir en virtuoso. Y en el caso de la Inteligencia Artificial es fundamental incorporar a las mujeres, porque lo que se está comprobando, y más se va a comprobar si seguimos igual, es que el algoritmo viene marcado con sesgos de género, esos que hacen que la sociedad siga ejerciendo, sin consciencia, micromachismos cotidianos.
FEDEPE.- ¿Cómo podemos revertir desde la educación los sesgos y estereotipos de género que condicionan el desarrollo formativo y profesional de las mujeres?
Cuando hablamos de educación parece que nos referimos solo a los colegios o a los libros de texto. Desde luego, en los centros educativos hay que ponerse las gafas de género, esas que normalizan la igualdad y afean la desigualdad. Pero hay que recordar que la educación empieza en casa, en las familias, donde los roles paternos y maternos deben cambiar cada vez más hasta llegar a la auténtica corresponsabilidad. Al final, el ejemplo es la mejor educación.
FEDEPE.- ¿Qué piensa sobre la importancia de las organizaciones de mujeres respecto a su trabajo en defensa del liderazgo femenino?
Las organizaciones que trabajan por el cambio real son fundamentales. Unir, generar networking, crear redes, ayudar a las que sufren o están en riesgo de exclusión social, trabajar por integrar la diversidad, aunar a las jóvenes a esas redes, llamar a la acción, generar auténtica incidencia pública, contribuir a modernizar mentalidades, dar a conocer referentes femeninos, visibilizar… Todas estas funciones en manos de un grupo de mujeres pueden ser absolutamente transformadoras.