Ana Pérez, CEO y cofundadora de ForestChain, plataforma de trazabilidad mediante tecnología blockchain, es ingeniera aeroespacial con un Executive MBA de la IE Business School y cuenta con una dilatada trayectoria en el sector tecnológico. Su experiencia incluye roles clave como CEO en Kerionics (hidrógeno verde) y Drone Hopper (fabricación de drones), así como su papel como cofundadora, CFO y CMO en Canard Drones, empresa pionera en inspección aeroportuaria con drones. Reconocida con el XXXII Premio FEDEPE: Innovación y Emprendimiento Femenino’, Ana Pérez comparte en esta entrevista su visión sobre el liderazgo femenino como experta en innovación, tecnologías disruptivas y digitalización.
FEDEPE.- ¿Qué mujeres han marcado su vida personal y profesional? ¿Cuáles han sido sus referentes de liderazgo?
Ana Pérez.- Mis referentes son otras mujeres emprendedoras que conozco desde hace años, y las he visto crecer personal y profesionalmente, cómo sus startups despegaban, escalaban y se convertían en empresas de éxito. Todo esto sólo ocurre con un gran liderazgo, desde todos los puntos de vista (equipo, desarrollo de negocio, olfato, etc).
Siento un profundo respeto por cualquier mujer, en especial las que son madres, que consiguen abrirse camino desarrollarse como empresaria, mujer y madre.
FEDEPE.- ¿Cómo valora la representación y rol de la mujer en su sector profesional y laboral?
Ana Pérez.- Las mujeres que trabajamos en el sector tecnológico, en concreto en las deep tech somos luchadoras, valientes y ambiciosas (ambición de la buena, la que significa crecer en equipo) y con un espíritu de superación.
El hecho de ser mujer creo que nos da un punto positivo, cuidamos de nuestro equipo y trabajamos según criterios de sostenibilidad. Para mí, es fruto del carácter femenino. Preocuparnos por nuestro entorno, y ser generosas.
FEDEPE.- ¿Cuál ha sido su experiencia y vivencia profesional como mujer en el entorno empresarial? ¿Ha detectado barreras y complicaciones para poder promocionar y/o conciliar con su vida personal?
Como mujer he vivido muchas situaciones con hombres que han intentado anular, rebajar y ponerse por encima, imponiendo superioridad por el simple hecho de ser hombres. En especial hombres maduros que son condescencientes y se sienten intimidados por una mujer líder.
La conciliación para una emprendedora es fácil, por la flexibilidad, y difícil por otro lado, por la carga de trabajo y dedicación. Esto nos obliga a ser muy ejecutivas y organizadas para llegar a todo. ¡O intentar llegar a todo!
FEDEPE.- ¿Cuáles siguen siendo los principales retos para consolidar una sociedad y un entorno empresarial donde las mujeres ocupen de forma proporcional posiciones de liderazgo y responsabilidad?
Los principales retos son por un lado aumentar la cantidad de mujeres empresarias líderes, y para reducir las barreras continuar con los incentivos. Desafortunadamente son necesarios, para forzar el cambio, hasta que se consiga normalizar la presencia de mujeres en cargos de responsabilidad.
FEDEPE.- ¿Por qué las mujeres no están más presentes en sectores punteros de la economía como el energético, las nuevas tecnologías o la inteligencia artificial?
Yo creo que no estamos presentes porque somos muy pocas las mujeres que nos animamos y atrevemos a trabajar en estos sectores. El porcentaje de chicas que estudian ingenierías es bajo. Son áreas que espantan a las mujeres.
FEDEPE.- ¿Cómo podemos revertir desde la educación los sesgos y estereotipos de género que condicionan el desarrollo formativo y profesional de las mujeres?
Creo que la solución, además de visibilizar a las mujeres STEM, el “si quieres puedes”, difundir la idea de que las disciplinas técnicas son herramientas para cambiar y mejorar el mundo, es que la educación sea más atractiva, dinámica y divertida. Las ciencias son percibidas como aburridas y difíciles.
FEDEPE.- ¿Qué piensa sobre la importancia de las organizaciones de mujeres respecto a su trabajo en defensa del liderazgo femenino?
Totalmente necesarias. Trabajar juntas, de la mano, lanzar iniciativas, seguir insistiendo, con altavoces cada vez más potentes.