Aldo Olcese es Doctor en Economía y un destacado referente en Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Académico, intelectual, directivo y consejero, es un profesional multifacético y comprometido con la modernización económica.
FEDEPE.- ¿Qué pueden aportar los hombres para impulsar la igualdad de género en nuestro país?
Aldo Olcese.- Aunque cada vez estamos avanzando más como sociedad, hay que saber de dónde partimos. España ha sido un país machista, todavía lo es en muchos aspectos, pero se está produciendo una renovación suficiente entre los altos dirigentes. El comportamiento de las grandes compañías marca mucho la evolución de lo que ocurre en las demás. Los hombres dirigentes deben impulsar la igualdad de género en sus decisiones diarias.
FEDEPE.- ¿Cómo percibe en la actualidad el papel de la mujer en la empresa? ¿Por qué sigue habiendo pocas mujeres en puestos de responsabilidad?
A. O.- Hay que cambiar la cultura corporativa y los comportamientos de liderazgo a los que estamos acostumbrados. Es complicado pero posible. Hay que cambiar la idea que existe en la sociedad sobre la capacidad de género: los empresarios contratamos a personas, no a hombres o mujeres. La igualdad de género es un fenómeno relativamente reciente y las mujeres no han tenido tiempo de ascender a los puestos de dirección. Pero hoy los procesos se están acelerando cada vez más.
F.- ¿Qué habría que hacer para ver a tantas mujeres como hombres al frente de empresas, organizaciones e instituciones? ¿Dónde está la clave?
A. O.- Hay elementos a destacar como son la organización del trabajo y los procesos directivos en las empresas que me parecen fundamentales. De cómo se organiza el trabajo en una empresa y de cómo se establecen los procesos de dirección le va mucho en ello a la igualdad y a la promoción de las mujeres. Los horarios de dedicación y la conciliación de la vida familiar y profesional son fundamentales.
En ese entorno, la mejor forma de ser competitivo es el talento. Y el talento está distribuido al 50% entre hombres y mujeres. Desperdiciar ese talento es privarse de futuro. Esa es la clave.
F.- La pandemia ha agrandado las brechas de género ¿cree que la crisis pone en riesgo décadas de avances en materia de igualdad? ¿cómo evitarlo?
A. O.- No creo que la crisis ponga en riesgo estas décadas de avance. El confinamiento y el teletrabajo creo que han igualado a hombres y a mujeres en materia laboral, aunque la realidad también ha sido que la carga doméstica y de los hijos ha vuelto a recaer, fundamentalmente, en las mujeres. Pero esto pasará y volveremos a la senda de progreso en la igualdad muy pronto.
F.- ¿Qué les diría a aquellos hombres que todavía son reacios a apostar por el liderazgo femenino?
A. O.- Retomando de nuevo el aspecto organizativo del trabajo, del talento y de la competitividad, creo que sería una magnífica inversión apostar por el talento femenino para que las empresas fueran mejor porque el talento femenino es provoca un cambio más determinante y a la vez más empático. También los hombres directivos deben primero tomar conciencia de la desigualdad y después actuar para buscar los equilibrios.
F.- ¿Qué mujeres le han inspirado tanto a nivel personal como profesional?
A. O.- A lo largo de mi vida profesional, me he encontrado y he tenido la oportunidad de trabajar y colaborar con mujeres con una capacitación y unas cualidades humanas y competenciales que me han aportado e inspirado y que lo siguen haciendo, también a nivel personal: Cristina Garmendia, Teresa Freixes, Adela Cortina, Victoria Camps o Lola Dancausa son algunas de ellas. De ellas me ha cautivado siempre su enorme determinación y su coraje.
F.- ¿Con más mujeres en puestos de decisión, viviríamos en un mundo mejor?
A. O.- Estoy plenamente convencido. En dinámicas colaborativas, las mujeres aportan inteligencia emocional, capacidad intuitiva y sensibilidad social. En la definición de estrategias son más determinadas y tiene más facilidad para tomar decisiones con 360º de atención y cuidado. Es innegable el potencial de las mujeres.