Test FEDEPE Anna Ferrer: cooperante, presidenta y directora ejecutiva de la Fundación Vicente Ferrer. Entre otros muchos reconocimientos, fue galardonada en 2013 con el Premio Mujer Profesional FEDEPE. Reside en Anantapur (India) y está comprometida, especialmente, con los derechos de la mujer, las personas con discapacidad y la sanidad.
-¿Qué piensa del movimiento asociativo de la mujer en defensa de la igualdad? ¿Es necesario que la mujer se una y cree espacios comunes para tener más fuerza?
Sí, por supuesto, creo que es necesario que las mujeres, sea cual sea nuestra nacionalidad, religión, comunidad, condición… nos unamos para acabar de una vez por todas con la discriminación de género.
La discriminación de género sigue patrones similares en todo el mundo, aunque tenga sus particularidades. El hecho de que las mujeres nos encontremos, intercambiemos experiencias y veamos los avances, así como los obstáculos que aún persisten en muchos ámbitos y en todo el mundo sin duda alienta día tras día a más mujeres a dar un paso adelante por la igualdad. A no resignarse y seguir.
En mi experiencia, me he dado cuenta de que es muy importante que el movimiento por la igualdad de género cuente también con el apoyo activo de los hombres. De hombres que creen de verdad en la igualdad de derechos y oportunidades y en que todas las personas merecen una viva digna y en igualdad.
-¿Se ha encontrado con algunas barreras por el hecho de ser mujer a lo largo de su carrera profesional? ¿Qué estrategias cree que deben seguir otras mujeres para llegar a las metas más altas?
Por supuesto, vivo en una sociedad fuertemente patriarcal y en la cual es imposible no haber sufrido la discriminación en primera persona. Los valores, comportamientos y actitudes patriarcales están fuertemente arraigadas en las personas, lo que lleva a que estas de forma no siempre consciente reproduzcan este tipo de roles y actitudes.
Con los años he descubierto que la mejor manera de afrontar este tipo de situaciones discriminatorias es encontrar una respuesta equilibrada entre hablar y confrontar a esa persona y dejarlo pasar. De alguna forma se trata de escoger que batallas librar, pero sin nunca rendirse ni bajar la guardia.
Pero por supuesto cuando se produce una clara discriminación debemos decirlo, no callarnos. Me he dado cuenta también de que hay muchas personas dispuesta a escuchar y comprender lo que las mujeres decimos y denunciamos.
– ¿Percibe cambios en su actividad profesional, en materia de igualdad, con respecto a los últimos años?
Sí, he visto una transformación enorme en los 50 años que llevo aquí. He visto un cambio en las mujeres y en la forma en que la sociedad, y especialmente los hombres nos tratan. En nuestra zona hace años había mujeres que no salían prácticamente de casa, siempre andaban con la cabeza baja y no podían hacer nada sin el permiso del padre, el marido o los suegros.
Hoy en cambio son cada día más las mujeres que lideran sus comunidades, que encabezan manifestaciones. Sus opiniones son escuchadas y sus habilidades y conocimientos reconocidos. Y por supuesto, cada día más y más niñas acuden a la escuela y tienen acceso a una educación, algo prácticamente impensable hace unos años.
En estos, y muchos otros ámbitos, he visto un cambio, pero hay todavía un largo camino por delante cuando se trata de “sentir y lograr la igualdad real” entre hombres y mujeres.
Por eso debemos seguir trabajando para acabar con los valores y formas de pensamiento que normalizan y justifican los abusos y violencia contra las mujeres.
– A su juicio, ¿Qué necesitamos en estos momentos para conseguir la igualdad de género real? ¿Qué cree que habría que reformar, cambiar o adaptar de manera urgente?
Tener leyes y estructuras gubernamentales que trabajen por la igualdad de género es importante pero no suficiente. Los Gobiernos, las organizaciones, empresas y las personas tenemos una responsabilidad en la forma en la que estas leyes se implementan y también a la hora de garantizar que estas instituciones sean efectivas. Y eso solo lo podremos lograr si todos y todas trabajamos por hacerlo posible.
Por supuesto también es muy necesario hacer campañas masivas y sistemáticas de sensibilización sobre igualdad y derechos en escuelas, institutos, universidades, oficinas Gubernamentales… Campañas que lleguen al conjunto de la sociedad.
– ¿Cuáles han sido sus referentes en su vida profesional?
Creo que mi mayor fuente de motivación y fuerza viene de las experiencias cotidianas de mujeres corrientes. Ya sean nacidas en una ciudad o en un pueblo hay mujeres en todo el mundo trabajando y reivindicando un mundo más justo e igualitario, a menudo sin apoyo ni estructuras que las respalden.
Pero las mujeres seguimos luchando por un mundo sin injusticas, libre de discriminación de cualquier tipo y prejuicios y en el que todas las personas sean tratadas como iguales y puedan tener una vida digna. Para mi todas y cada una de esas mujeres que lucha desde su pequeño rincón en algún lugar del mundo son una inspiración y ejemplo a seguir.
Sobre FEDEPE
La Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) es una Federación de Asociaciones, sin ánimo de lucro, cuyos orígenes se remontan a 1987, que agrupa a más de 26.000 mujeres empresarias, directivas y profesionales de todos los sectores empresariales y de la Administración Pública. Tiene como finalidad ofrecer un espacio de estudio, reflexión, debate, formación y apoyo idóneos para estimular el desarrollo de las carreras profesionales de las mujeres, así como su acceso a puestos de dirección y responsabilidad profesional en un plano de absoluta igualdad, potenciando de diferentes maneras su promoción y visibilidad tanto a nivel personal como colectivo. FEDEPE es Entidad de Utilidad Pública y órgano consultivo del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas.